La respiración: medicina antiestrés

Respirar es vital y lo hacemos casi inconscientemente, te proponemos que nos acompañes a mejorar este hábito.
Alguna vez notaste que los animales y los bebés respiran con el abdomen?...
Su respiración es diafragmática. A los 4 o 5 años ya nos acostumbramos a respirar mal. Es muy importante hacernos conscientes de cómo respiramos para revertir estos hábitos, ya que podremos aprender más sobre nuestros estados mentales y emocionales, y también podremos actuar sobre el estrés y la ansiedad.
La respiración correcta es usando el diafragma. Ese músculo que se encuentra debajo de la caja torácica.
Si lo usás correctamente vas a sentir cómo se prensa el diafragma y abdomen. La respiración larga y profunda es aquella que utiliza toda la capacidad de los pulmones mediante tres áreas: abdominal, el pecho y clavicular.
Empezamos inhalando: llenamos el abdomen de aire, luego expandimos el pecho y finalmente levantamos las costillas superiores y las clavívulas. Al exhalar invertimos el proceso, la parte superior se reduce, luego la parte media y por último el abdomen.
Practicar la respiración profunda durante 20 minutos al día significa disminuir los signos físicos asociados con la ansiedad o el estrés.
Relaja y calma debido a la influencia del sistema parasimpático. Estimula la producción de endorfinas combatiendo la depresión.
El conectar con la respiración nos ancla en el aquí y ahora, lo que favorece el control de las emociones y la negatividad, manteniendo nuestros pensamientos estables.
Incluso, regula el pH del cuerpo que afecta a la capacidad de regular situaciones estresantes. Que el ejercicio de la respiración profunda se vuelva un hábito hará, sin dudas, que tu estado emocional y mental se calmen, y que puedas conectarte mejor con vos mismo y los demás.
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