Limpieza del colon

ANDARIVEL 1:

LA LIMPIEZA COLONICA EN DETALLE:

La técnica del lavaje intestinal Frente a una frecuente acumulación anormal de desechos en los intestinos, y a los problemas que esto genera, resultará imperioso practicar un drenaje. Si bien es necesario modificar contemporáneamente las causas que generaron dicha acumulación (carencia de fibra, desequilibrio de flora, excesos proteicos…), es prioritario deshacerse urgentemente de las viejas costras acumuladas. Por ello consideramos a la limpieza intestinal como punta de lanza del Primer Andarivel del Proceso Depurativo.

En casos de estreñimiento leve u ocasional, puede bastar con incorporar fibras solubles o hierbas para normalizar el tránsito, pero difícilmente esta estrategia logre remover vieja materia adherida a las paredes intestinales. Como referencia, decíamos que el Dr. Bernard Jensen cita casos de autopsias que mostraban un diámetro de colon de más de 20cm y apenas una diminuta sección libre del diámetro de un lápiz!!! Un simple cálculo matemático nos indica que un estreñimiento de tres días, mucho más frecuente de lo que se cree, nos hace convivir con desechos de 15 comidas distintas. En otra autopsia, el Dr. Jensen llegó a reportar 18kg de moco colónico en un solo individuo. No hay dudas que efectuar una limpieza intestinal es algo netamente benéfico. Siempre se constatan experiencias sorprendentes, como la eliminación de algún producto ingerido inadvertidamente tiempo atrás, además de parásitos, barro biliar y moco colónico. Todo ello es fácil de visualizar con la técnica del lavaje colónico.

La limpieza intestinal se traduce en una agradable sensación de quietud interior, que en los días siguientes se traducirá en un mejor sueño, mejor aliento, la desaparición de erupciones, granos y olores corporales. También deben señalarse sus efectos tónicos, como la estimulación del hígado y otras glándulas abdominales, especialmente el páncreas. Finalmente digamos que la limpieza del intestino comporta una mejor absorción y asimilación de los alimentos.

Debido a los efectos de esta verdadera “arma de destrucción masiva” que es el alimento moderno, no es de extrañar el amplio consumo de fármacos laxantes, cuyos principios activos resultan irritantes y tóxicos. A nivel natural, es siempre preferible el uso de lavajes, enemas, sales e hierbas. Son recursos útiles y confiables, pero que deben ser elegidos y utilizados con cierto conocimiento. De todos modos, nunca deberíamos ser dependientes de estos métodos para regularizar la función intestinal. Las técnicas de limpieza deben ser siempre utilizadas para drenar la acumulación tóxica y restablecer el orden fisiológico; la regularidad debe surgir luego, como natural consecuencia.

EL LAVAJE COLÓNICO:

Este efectivo y saludable procedimiento consiste en hacer circular agua a temperatura corporal (37°C) por simple gravedad y en flujo continuo. Se requiere una particular camilla que permite adoptar una posición relajada. El paciente no retiene el agua que ingresa, sino que fisiológicamente va eliminando líquido y desechos mientras continúa ingresando agua limpia en flujo continuo. El agua ingresa por una diminuta cánula y se elimina por la diferencia de diámetro entre la cánula y el ano. La sesión normal de lavaje colónico se resuelve en el arco de una hora. Si lo hacemos con la asistencia de un terapeuta, el paciente cómodamente acondicionado en la camilla va visualizando los desechos que elimina a través de un hermético conducto transparente, cuya imagen se proyecta en un monitor a disposición del paciente. Dicha visión ayuda a tomar consciencia respecto a todo el material tóxico que acumulamos en los intestinos y lo que ello provoca.

Si lo hacemos en casa con una tabla Evacuando, los desechos irán directamente al inodoro. Si se hace por primera vez, el lavaje colónico suele requerir tres sesiones, una cada día, en jornadas consecutivas. Este ritmo puede eventualmente concentrarse en el arco de 48 horas, a fin de facilitar la práctica cuando la persona no puede atender la rutina normal de tres días. Lo que no resulta conveniente es distanciar las sesiones, dejando pasar varios días entre ellas.

Previo a un lavaje colónico, la persona debe realizar una preparación consistente en algunos días a solo frutas crudas y licuadas. Esto se hace para desinflamar y descongestionar los intestinos y ablandar la materia estancada en la luz intestinal. Las sesiones encadenadas favorecen este proceso y permiten una rápida y espontanea regeneración de la flora. Al distanciar las sesiones, generamos el efecto opuesto: más congestión, más inflamación, más endurecimiento de los residuos tóxicos y más dificultades en la regeneración de la flora.

El lavaje colónico permite resolver una serie de patologías derivadas de esta toxemia y el desorden exacerbado por su cronicidad y magnitud, tales como contracturas, congestión hepática, parasitosis, hemorroides, prostatitis, hipertensión, edemas linfáticos, desorden circulatorio, diverticulosis, tiroidismo, proliferación tumoral, dificultades reproductivas, desorden menopáusico, carencias nutricionales, acidosis orgánica, estados depresivos, cuadros nerviosos, crisis fóbicas y psiquiátricas, diabetes, debilidad inmunológica, problemas posturales, dermatosis varias, lesiones renales, dificultades visuales, psoriasis, gastritis y reflujos...

Hay gente que se opone a los lavajes intestinales, argumentando que “barren la flora intestinal”. Una persona con crónicas acumulaciones tóxicas en el intestino, ya no tiene flora, sino “fauna” intestinal. Eliminando parásitos, fermentos, microbios y toxinas, solo se puede obtener beneficio y se evitará el uso de laxantes agresivos, que comprobadamente destruyen la flora benéfica e irritan las paredes intestinales. Además, el organismo regenera muy rápido (un par de días) la flora benéfica (fermentativa y aerobia), siempre que nuestros hábitos dietarios (crudos, fibra soluble, bacterias) ayuden.

El lavaje colónico es el único método que permite limpiar en profundidad todo el colon, hecho que compensa la necesidad de recurrir a un terapeuta especializado y su costo. Los tradicionales enemas simples solo limpian un tramo del colon (el descendente). Además, el lavaje colónico no es un procedimiento incómodo, más allá del eventual traslado hasta el terapeuta más próximo. Y ahora disponemos de la facilidad de poder hacerlo caseramente con el set Evacuando. Imágenes de moco colónico extraído en sesiones de lavaje intestinal, del libro “Cuerpo radiante” del Dr. Bernard Jensen.

LIMITACIONES PARA EL LAVAJE

l lavaje colónico, como todo abordaje depurativo que siempre es útil, tiene ciertas limitaciones de sentido común en cuanto a su aplicación. Es lógico evitar su realización en medio de una crisis aguda (fiebre, período menstrual, estado gripal). En ciertos casos deben tomarse precauciones. Hay que desinflamar y descongestionar previamente en situaciones críticas (divertículos inflamados, colon irritable). En cirugías intestinales hay que esperar su completa cicatrización. En otros casos (hernias abdominales en fase aguda, fallos renales) hay que evaluar la situación.

Otros casos a evaluar son los procesos de embarazo o lactancia, balanceando beneficios (mejora del medio celular materno) y perjuicios (transferencia tóxica a causa de la remoción que se realiza). En casos de normalidad materna, no tiene sentido movilizar toxinas; pero a veces, frente a la problemática del organismo gestante, es más el beneficio logrado que el eventual perjuicio tóxico.

Otra limitación del lavaje colónico es la imposibilidad de limpiar los varios metros de intestino delgado, que también acumulan toxemia crónica. Pero en el marco del Proceso Depurativo, la limpieza del intestino delgado se realizará luego, mediante los “enjuagues” intestinales posteriores a la hepática profunda, usando técnicas como agua salada, enemas o purgantes. Sin embargo, estos métodos no resultan suficientes para remover viejas y consistentes acumulaciones de moco colónico, lo que sí consigue el colónico.

La técnica del agua salada también tiene limitaciones, sobre todo al inicio y ante un desorden crónico de viaja data. La limpieza con agua salada no permite remover antiguas costras, adheridas a las paredes intestinales, con textura y aspecto similar al caucho de los neumáticos (moco colónico). En tales casos se hace imprescindible un lavaje colónico. La presencia de un vientre prominente es un claro indicador acerca de esta necesidad. Suele representar un problema el estado de excesiva permeabilidad de la mucosa intestinal, lo cual provoca una inconveniente absorción interna del agua salada (sodio) y la puesta en marcha de los mecanismos compensatorios por parte del organismo (bomba sodio/potasio), que se traducirán en sensaciones desagradables y hasta peligrosas (tensión arterial, retención de líquidos, etc).

Otra cuestión a tomar en cuenta es el patológico y masivo desarrollo de hongos en el sistema digestivo (candidiasis). Al ingresar un fluido alcalino, como el agua salada, se genera una gran mortandad de esta “fauna” patógena y ello se traduce en reacciones incómodas (nauseas, vómitos, etc). Esto se magnifica si no estamos acompañando la técnica con los demás andariveles depurativos. Por ello, al inicio del Proceso Depurativo sugerimos priorizar el lavaje colónico.

PRECAUCIONES PREVIAS Y POSTERIORES

A fin de favorecer la eficiencia del lavaje colónico, resulta fundamental que la persona atienda con especial cuidado su alimentación durante la semana previa a la limpieza, sobre todo en los casos más críticos de inflamación y congestión. Es importante que la nutrición se base fundamentalmente en alimentos fisiológicos (frutas, hortalizas y semillas activadas), prevalentemente crudos y licuados. Incluso son claves los tres días previos, que deberían basarse en solo frutas crudas, preferentemente acuosas y licuadas.

La adopción de una dieta licuada y cruda, permitirá desinflamar y descongestionar el aparato digestivo, ablandando la vieja materia estancada y facilitando luego la limpieza de las paredes intestinales. Con esta precaución, el efecto depurativo del agua será mucho más eficiente y profundo. Es siempre preferible el licuado a un jugo, dado que así se preserva la integridad nutricia, el orden metabólico (la presencia de fibra soluble pone a reparo de picos de glucemia) y se aprovechan los delicados componentes vegetales.

Durante las sesiones del lavaje colónico, la persona debe mantener el protocolo nutricio, basándose en líquidos y licuados. También debe atender el reclamo por reposo que demanda el organismo. Dado que en cada sesión se movilizan muchas toxinas (no solo las que se excretan), el manejo de las mismas requiere de mucha energía y por esa razón el organismo nos “desenchufa”, a fin que reposemos y colaboremos en la tarea, evitando gastar más energía en otras actividades. Por eso la sensación de cansancio y las ganas de dormir que pueden aparecer, lo cual es una buena señal de la eficiencia con que se está realizando el proceso.

Una vez concluidas las tres sesiones, el organismo buscará regenerar espontáneamente la flora intestinal benéfica (aeróbica y fermentativa). Por tanto debemos colaborar con ese proceso, sembrando bacterias benéficas y aportando el sustrato nutricio que estimula su proliferación. Esto lo podemos hacer ingiriendo lactobacilos (ampollas bebibles, kéfir de agua), fermentos benéficos (chucrut, kimchi), fibra soluble (algas, algarroba, frutas) y oxígeno (crudos, respiración profunda, actividad física, jugo de clorofila, agua oxigenada, etc). En caso de crónicas y patológicas acumulaciones, las tres sesiones pueden no ser suficientes y esto obliga a pensar en repetir el procedimiento más adelante, tras un período de práctica del Proceso Depurativo (limpiezas hepáticas, desparasitado, limpieza de fluidos, oxigenación interna, reposo digestivo, alimentación fisiológica), que ayudará al proceso de ablandamiento y desprendimiento.

Néstor Palmetti - Libro “Cuerpo Saludable”

Con autorizacion del autor: Web oficial en:  http://espaciodepurativo.com.ar

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