¿Por qué andar descalzos?

Muchos lo pasan por alto y tal vez sea la práctica más importante para favorecer la salud pública.
El simple hecho de caminar descalzos sobre la tierra es conocido como grounding o earthing.
La evolución humana se desarrolló en constante contacto con la tierra, nuestro cuerpo necesita este intercambio continuo de energía para funcionar correctamente. Aislarnos de ella es antinatural y nos hace más vulnerables a las enfermedades modernas.
El suelo es rico en electrones y al encontrarnos sobre él, el equilibrio del sistema nervioso simpático y parasimpático mejora.
Cuando estamos descalzos, nuestros pies literalmente absorben electrones libres; es como tomar un puñado de antioxidantes. Incluso, contribuye a reducir la inflamación al diluir la sangre y transmitirle al cuerpo iones con carga negativa (neutraliza los radicales libres con carga positiva).
El lugar ideal para caminar descalzo es la playa, cerca o dentro del agua ya que es buen conductor. Si no, cualquier superficie natural lo hará. Hacer ejercicio descalzos al aire libre es una muy buena opción.
Sin un suministro apropiado de antioxidantes, los radicales libres de nuestro cuerpo pueden causar estrés oxidativo, inflamación y envejecimiento acelerado. Por suerte, la tierra está siempre cargada de electrones negativos para contrarrestar este efecto.
Los materiales aislantes como el caucho, la madera, etc. Impiden el paso de los electrones. El estrés de la exposición a contaminantes como cigarrillos, pesticidas, y demás, agotan a nuestro cuerpo de electrones. Incluso, las casas elevadas o con varios pisos nos alejan aún más del contacto con la tierra.
Por eso, para neutralizar un poco los efectos negativos de los radicales libres, recomendamos estar al aire libre y aprovechar para caminar descalzos. Con unos minutos diarios alcanza!...

La siguiente nota trata específicamente de los beneficios que recibimos al practicar grounding.